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Zombi, un origen africano

Un zombi, según la tradición del vudú haitiano,​ se refiere a un ente que puede resucitar o volver a la vida. Por lo general, se trata de un muerto resucitado por medios mágicos por un hechicero para convertirlo en su esclavo e imponer su voluntad. De acuerdo con la creencia popular, una persona mordida por un zombi, se convierte en otro.​

Etimología y orígenes de zombi

La palabra zombi proviene del criollo de Haití, quizá de origen africano occidental según la RAE. Su origen africano lo apoyan Hans-W. Ackermann y Jeanine Gauthier debido a la relación racial, lingüística y cultural de Haití con África.

En el siglo XIX, Spenser St. John, visitador y ministro residente en Haití, relataba a sus amigos británicos cuentos de canibalismo y vudú sobre la ingesta de niños y la exhumación de cadáveres como parte de ciertos rituales.

La novela autobiográfica de Pierre-Corneille de Blessebois, Le Zombi du Grand Pérou (El zombi del gran Perú) en 1697 fue la primera aparición con relevancia del concepto de zombi.​ La figura del zombi resultó muy ambigua y se refiere a una entidad incorpórea.​

La relación entre el esclavo y la figura del zombi ha aparecido en varias ocasiones. Algunos expertos sostienen que se compara como la esclavitud marcada por el bautismo o la asignación de un nuevo nombre. En resumen, tenemos la pérdida del núcleo de un ser humano que era antes de la esclavitud o la muerte social, se podría decir que es la ausencia de un rito funeral tras la muerte del núcleo de la persona.​

El antropólogo y etnobotánico canadiense Wade Davis en 1982 viajó a Haití para estudiar acerca de la verdad en las leyendas sobre zombis. Concluyó que se podía convertir a alguien en zombi mediante el uso de dos sustancias en polvo. Con la primera, llamada coup de poudre  se induciría a la víctima a un estado de muerte aparente para se diera por muerto y fuera enterrado. Después, sería desenterrado por un hechicero para revivirlo y ahí emplearía los segundos polvos, una sustancia psicoactiva capaz de anular la voluntad de la víctima.​

Al alma dual y zombis

El alma dual es un concepto en la religión vudú que, a su vez, está relacionado con los zombis.​ Existen dos tipos de almas: el Gros Bon Ange (gran buen ángel) y el Ti Bon Ange (pequeño buen ángel).

El Gros Bon Ange es un concepto espiritual ligado con la memoria, los sentimientos y la personalidad de la persona.​ Tiene relación directa con el cuerpo.​

El Ti Bon Ange es un concepto espiritual ligado con el cerebro, la sangre, la cabeza y la conciencia del hombre. Tiene relación, por un lado, con un zombi incorpóreo y, por otro, su ausencia o robo por parte del hechicero para la condición de zombi corpóreo.​

Existe un debate entre las características de ambas almas tienen, aunque se ha aceptado que el Ti bon Ange es la que está relacionada con el proceso de zombificación.​

Esta división del alma en la religión vudú es clave para entender que existen dos conceptos de zombi: el zombi corpóreo (el cuerpo sin alma) y el incorpóreo (alma sin cuerpo).​ También es cierto que los relatos recogidos por etnólogos no existe una definición clara entre uno y otro tipo. Por ejemplo, un zombi que camina por la calle, que ha salido de su tumba o uno que habita una vasija para ser vendido después y brindar protección. Y, también, pueden funcionar como servidumbre doméstica.

Cuando hablamos de alma sin cuerpo, según la tradición vudú, ésta es capturada por el hechicero de diversas formas y para distintos propósitos. Existen testimonios que afirman que el Ti Bon Ange es capturada, antes o después de la muerte, y depositada en un cántaro.​ El hechicero puede vender o alquilar el alma.​ ​Un zombi incorpóreo puede usarse para asesinar a alguien, hacer que alguien caiga enfermo o para destruir cosechas.​

Cuando hablamos de cuerpo sin alma, según la tradición vudú, nos referimos al paradigma de zombi que es más conocido: una criatura regresada de la muerte por el hechicero, a través de distintos medios y para diversos propósitos.​​ Algunas tradiciones dicen que una vez resucitado el cuerpo no puede ingerir alimentos con sal porque volvería a la normalidad. Asimismo, algunos relatos comentan que los zombis eran usados para algunos trabajos forzados, ya sea en plantaciones o como sirviente doméstico.

¿Por qué los zombis nos gustan?

Los zombis son un reflejo de lo que podemos ser y nos recuerda aquello que nos importa. Nos remueve la conciencia que nos destruyan el alma y quedar reducidos a puro instinto animal, despojándonos de la belleza, la sensibilidad y el arte. Un ambiente pesimista y apocalíptico es propicio para reflexionar quiénes somos y los dilemas morales ante la disyuntiva de matar para sobrevivir o morir sin luchar.

Cuando el entorno es hostil, nos resistimos a perder los lazos de amistad, abandonar la familia, a olvidar en la ética, ¿Seremos capaces de resistir la tentación de tomar el camino fácil? ¿O acaso el instinto de supervivencia será más fuerte que nuestra humanidad? Eso no quita las violencia y crueldad «normales» del ser humano y, tamibén, presente en los animales y en la naturaleza.

La revista Scientific American nos cuenta que en la naturaleza existe el comportamiento zombi. La mosca parásita, Apochepalus borealis, pone sus huevos dentro de las abejas de la miel (la abeja infectada empieza a dar tumbos como si fuera un zombi antes de morir) y un gusano parásito anida dentro de los saltamontes (los obliga a que salten al agua, para así salir de su cuerpo y nadar).

Un comportamiento mucho más agresivo de la naturaleza tiene que ver con un hongo depredador de la naturaleza, Cordyceps. Una vez adherido al exoesqueleto del insecto, el hongo secreta una sustancia corrosiva para entrar en su interior y devorar los órganos que no son vitales, además de segregar un antibiótico para que la víctima no muera. A continuación, el hongo migra al cerebro del insecto y se come una parte para alterar su comportamiento con la intención de ascender lo suficiente hasta alcanzar el dosel arbóreo. Por último, el hongo devora el resto del cerebro del insecto. Las esporas de Cordyceps se dispersan por el aire y así colonizar a otros insectos.

Una forma de «transformar» a una persona en zombi es mediante una tetrodotoxina, presente en un pez, 160.000 veces más potente que la cocaína y bloquea los canales de sodio de los nervios. La persona siente una parálisis facial total: su metabolismo se reduce al mínimo hasta que fallecer.

Zombis en la literatura

Tras la introducción de los zombis por Paul-Alexis Blessebois en 1697, esto permitió crear la bases para los muertos vivientes. Moreau de Saint-Méry en 1789 escribió un diccionario sobre la isla Santo Domingo donde afirma que zombi es una palabra criolla para designar a un espíritu o fantasma que regresa de la tumba.

El siglo XVIII también permitió que se unieran las ideas de un romanticismo oscuro donde se mezcla el concepto de la resurrección de los muertos, desde la visión de un científico y su carrera contra el tiempo. Obviamente, me refiero a Mary Shelley y su Frankenstein cuando lo publicó en 1818. Asimismo, Frankenstein inspiró a Edgar Allan Poe con los relatos de La caída de la casa Usher (1839) y La verdad sobre el caso del señor Valdemar (1845) y Ambrose Bierce con La muerte de Halpin Frayser (1893) sobre temática zombi. En los años veinte del siglo XX, William Seabrook continuó avanzando sobre el concepto de zombi en La isla mágica (1929) cuya historia se desarrolla en un Haití de culto vudú y repleta de esclavos resucitados.​

H. P. Lovecraft instauró el concepto de zombi moderno, aunque por su ateísmo presenta a muertos vivientes que no son resucitados por medios mágicos ni sobrenaturales, normalmente tiraba por medio científicos como en la serie Herbert West: Reanimador y la novela El caso de Charles Dexter Ward.

En el siglo XX tenemos libros que ayudaron a difundir los zombis tal cual conocemos: Zombi – Guía de supervivencia y Guerra mundial Z: Una historia oral de la guerra zombi de Max Brooks. En el hispánico tenemos a escritores donde trabajan desde varias perspectivas el mundo zombi: como Manel Loureiro, Jorge Luis Cáceres Sebastián Marín, Carlos J. Lluch, Andrés Gómez Ordóñez, Fernando Gómez, de Álvaro Vanegas, Miguel Ángel Manrique, Jason Daniel Greenfield, Martín Towers y Pedro Paunero.

En el siglo XXI se caracteriza por mezclar los clásicos con la temática zombi. Por ejemplo, se han escrito El Quijote ZOrgullo y prejuicio y zombisLazarillo Z.

Zombis conquistan cine, cómic y videojuegos

El cine de zombis es un subgénero del cine de terror, en su origen encuadrado dentro de la Clase B. Tenemos zombis de toda índole, desde personas vivas o muertas, esclavizadas por la voluntad de otra persona, muertos resucitados con su cuerpo en descomposición y caníbales hasta zombis torpes a nivel motor y cognitivo o zombis inteligentes y muy rápidos.

El cómic tampoco se ha quedado indiferente con los zombis. Ya en los años cincuenta existían historietas sobre ellos. Tenemos cómics basados en un holocausto zombi, protagonistas zombis, emplear zombis como ejército o muertos revividos de fuerza sobrehumana y con la capacidad de volver una y otra vez de la muerte.

Una mención aparte porque me gustó mucho en su momento (hice un trabajo con compañeros en el instituto) es el vídeo musical Thriller de Michael Jackson que tuvo mucha repercusión en su momento por los efectos especiales de la época.

Los videojuegos han sido una fuente abundante de zombis. La conocida franquicia Resident Evil (de la que se han hecho películas) es todo un símbolo. Se basa en la premisa de tener un origen en un virus: el Virus T, que provoca enfermedades y cambios genéticos a los seres humanos. Existen videojuegos con una temática en la que un artefacto libera un gas nocivo que transforma a los habitantes en zombis, defenderse de ellos mediante las artes marciales o armas blancas, escapar de una isla infectada hasta ambientas en un escenario postapocaliptico donde la humanidad ha sucumbido y se lucha por sobrevivir.

La saga Sims tampoco se escapa del mundo zombi. Unos juegos que merecen una mención con la saga Plantas contra Zombis.

Imagen de wang2dog.

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¿Cuál es el orgien de la palabra zombi?

La palabra zombi proviene del criollo de Haití, quizá de origen africano occidental según la RAE. Se relaciona con la religión vudú.

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¿Cómo son los zombies?

Según la creencia vudú existen los zombis con cuerpo, pero sin alma y viceversa, normalmente se les relaciona con la esclavitud. Luego, la literatura y otras culturas han añadido magia, virus y otra clase de zombis que conocemos en la actualidad.

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