Mito del robo del fuego

El robo del fuego es un mito presente en muchas culturas antiguas: cómo la humanidad logró adquirir el conocimiento, y se emplea el símbolo del fuego. El robo del fuego en la mitología comparada representa el hito en la historia que simboliza la curiosidad y la astucia, así como el progreso y el desarrollo de la civilización.

¿Por qué se emplea el símbolo del fuego? Seguramente se deba a que las personas consideran el fuego uno de los elementos básicos del universo: es una fuerza elemental creativa y purificadora, pero también destructiva y castigadora. El fuego permite cocinar alimentos, calentar las viviendas y brindar luz y calor.

Además, se junta otro factor: el fuego está estrechamente ligado a los dioses en el mundo antiguo al ser una fuerza de la naturaleza. El fuego es divino, por lo que, debía ser controlado por los dioses, no por la humanidad. La entrega del fuego o, más a menudo, el robo del fuego en beneficio de la humanidad, que no debía ostentar este poder, es un tema recurrente en muchas mitologías del mundo.

De esta premisa parte de que en muchas mitologías existan héroes y embaucadores divinos que robaban el fuego y engañaban a la muerte para dar a la humanidad un poco de ese poder de «creación».

La historia más famosa es sin duda la del titán Prometeo, de la mitología griega, que robó el fuego gracias a que Atenea le permitió entrar en secreto en el Olimpo. Zeus, enfurecido con al acción de Prometeo le condenó a estar encadenado desnudo en las montañas del Cáucaso donde un buitre durante el día le desgarraba el hígado, el cual se regeneraba por la noche.

El nombre de Prometeo significa «previsión» que puede haber tenido su origen en una interpretación errónea griega de la palabra sánscrita pramantha, la esvástica, o taladro de fuego. Se suponía que Zeus Prometeo había inventado el fuego sosteniendo un taladro de fuego. Promete, el héroe indo-europeo, se confundió con el héroe cario Palamedes, el inventor de las artes civilizadas, y con el dios babilonio Ea, que creó al hombre. Los hermanos Pramanthu y Manthu que aparecieron ya en una epopeya sánscrita pueden ser los prototipos de los titanes Prometeo y Epimeteo.

Los isleños griegos llevaban el fuego de un lugar a otro en una cañaheja y el encadenamiento de Prometeo se podría explicar por una leyenda que proviene cuando emigraron desde el mar Caspio a Grecia.

Recalco que la esvástica existía en las culturas orientales mucho antes de que los nazis intentaran apropiarse del símbolo.

África

Los san, indígenas cazadores-recolectores del sur de África, cuentan que Cagn o Kaggen (una deidad embaucadora), en forma de mantis, trajo el primer fuego a la humanidad robándoselo al avestruz, que guardaba el fuego bajo sus alas. En otra versión del mito, Piisi|koagu roba el fuego al avestruz.

América

Coyote, Castor o Perro robaban y entregaban el fuego a los hombres en varias tribus nativas americanas del noroeste del Pacífico y las Primeras Naciones.

En el mito algonquino, el Conejo robó el fuego a un anciano y a sus dos hijas.

En el mito cherokee, después de que Possum y Buzzard fracasaran en su intento de robar el fuego, la Abuela Araña utilizó su telaraña para colarse en la tierra de la luz y robó el fuego escondiéndolo en una vasija de barro o en una red de seda.

Según una leyenda mazateca, la zarigüeya propagó el fuego a la humanidad. El fuego cayó de una estrella y una anciana lo guardó para sí. La zarigüeya tomó el fuego de la anciana y llevó la llama en su cola, lo que provocó que no tuviera pelo.

El conejo robó el fuego a las comadrejas según los muscogees.

La liebre Nanabozho robó el fuego y se lo dio a los humanos en el mito ojibwa.

Cuervo robó el fuego de un volcán en medio del agua en algunos pueblos de las Primeras Naciones del Yukón.

Un hombre roba el fuego a un pájaro al ver que cocina caracoles en palos ardiendo. El pájaro se venga creando una tormenta eléctrica que daña la aldea del hombre según una historia del pueblo Lengua del Gran Chaco paraguayo.

Asia

El héroe Mātariśvan recuperó el fuego que había permanecido oculto a la humanidad según el Rigveda védico (3:9.5).

El héroe vainakh Pkharmat trajo el fuego a la humanidad y fue encadenado al monte Kazbek como castigo en los pueblos naj, en el Cáucaso.

Amirani robó el fuego a los metalúrgicos, que se negaban a compartirlo y el conocimiento para crearlo, con otros humanos en la mitología georgiana.

Oceanía

Māui es el ladrón del fuego en la mitología polinesia, aunque existen variaciones. El pueblo de Maui no sabía cómo obtener el fuego y Maui encontró a Mafuike, la guardiana del fuego que tenía el fuego en cada uña de las manos y los pies. Este, tras una serie de pericias, consiguió casi todas sus uñas hasta que consiguió las últimas ascuas y las escondió entre los árboles. Desde entonces, el hombre supo hacer fuego: frotando una madera contra otra.

El Cuervo fue quien robó el secreto del fuego a las mujeres Karatgurk en la mitología del pueblo Wurundjeri de Australia.

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¿Qué es el mito del robo del fuego?

Es cómo logró la humanidad adquirir el conocimiento, y se emplea el símbolo del fuego. El robo del fuego en la mitología comparada representa el hito en la historia que simboliza la curiosidad y la astucia, así como el progreso y el desarrollo de la civilización.

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